Visita el Acueducto de los Milagros, construido hace unos 2,000 años para abastecer de agua a la colonia romana de Emerita Augusta, actualmente conocida como Mérida. Al igual que muchos otros acueductos romanos, era una estructura colosal. Todavía queda una pequeña sección en la actualidad, que se conoce como el Acueducto de los Milagros por su aspecto impresionante.
Observa lo que queda de esta estructura imponente de granito y ladrillo, que se utilizaba para transportar agua desde la reserva de Proserpina, ubicada a unos 5 kilómetros (3 mi) de la ciudad. Este es uno de los sistemas de abastecimiento de agua que se solían utilizar en la colonia romana y aún existen en la actualidad. Entre los otros sistemas similares se encuentra la Represa de Cornalvo y el Acueducto de Rabo de Buey, también conocido como San Lázaro.
Puedes caminar hasta las ruinas. También puedes sentarte en una de las bancas para observar la estructura antigua. La serie de arcos tiene una extensión de más de 800 metros (2,600 ft) y alcanza una altura máxima de 25 metros (82 ft). Observa el fabuloso trabajo de ladrillo en los pilares y los arcos. Si tienes suerte, puedes ver a una cigüeña blanca haciendo su nido en una de las columnas.
Esta construcción impresionante se encuentra en la zona de Santa Eulalia, en una gran área verde ubicada a unos pasos del centro de la ciudad. Después de ver la construcción romana, disfruta un paseo en el parque y visita el Puente de Albarregas. Este pequeño puente romano se construyó en el siglo I y es paralelo al acueducto. El puente pasa sobre un arroyo que se llena después de las lluvias intensas.
El Acueducto de los Milagros forma parte del Conjunto Arqueológico de Mérida, designado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Este conjunto contiene los restos de muchos edificios y estructuras históricas importantes de la ciudad. Todas estas estructuras están muy cerca unas de otras. Al salir de la zona del acueducto, explora otros elementos del pasado romano de Mérida. Entre estos se encuentran el Circo Romano, el Teatro Romano, con el Anfiteatro Romano adyacente, y el Templo de Diana.
